Pocos personajes extranjeros han trascendido tanto nuestra cultura como Miguel de Cervantes Saavedra. ¿Porqué nombramos al Festival Cervantino en su honor?
Bien,
pues cada vida es una historia pero ésta es algo peculiar. Novelista,
poeta y dramaturgo español, nació el 29 de septiembre de 1547 en Alcalá
de Henares y falleció el 22 de abril de 1616 en Madrid. Máxima figura de
la literatura española, es mundialmente conocido por su obra maestra El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha,
considerada por muchos como la primera novela moderna debido al cambio
que realizó a los esquemas narrativos del siglo XVI, específicamente al
renovar el género de la novella italiana entendida, para ese entonces,
como un relato breve y carente de retórica.
Poco tiempo
después de cumplir los 20 años de edad y de haber seguido a la corte de
Felipe II al lado de sus padres durante su corta vida, decidió ponerse
al servicio del cardenal Acquaviva y, después de recorrer Italia a su
lado, se enlistó en la Armada Española y participó en la famosa batalla
de Lepanto, que él mismo describe como “la más grande ocasión que vieron
los siglos”. Fue en esa lucha que perdió gran movilidad en el brazo
izquierdo al ser herido, lo que le valió el sobrenombre de el Manco de Lepanto.
En
1575, cuando al fin regresaba a su país natal, su barco fue atacado por
corsarios y fue apresado y llevado a Argel para pasar cinco años preso
antes de que unos frailes trinitarios pagaran su rescate.
Sin
embargo, lo peor todavía no pasaba pues al llegar a su hogar, su
familia estaba hundida en la miseria y su carrera militar había
terminado, así que terminó recolectando impuestos para mantener a la
Armada Invencible, acción que le valió ser excomulgado tres veces por la
Iglesia Católica por su insistencia en dicho cobro.
Fue
acusado de irregularidades en sus cuentas y terminó su carrera como
recolector de impuestos. Fue entonces cuando comenzó a escribir la
primer parte de su obra póstuma en 1605, para diez años después,
publicar la segunda parte de esta obra, ícono de un mundo, retrato fiel
de tiempos distintos, nos enseñó que la imaginación no siempre está sólo
en la mente, sino en la realidad.
Así, su obra
trasciende edades, nacionalidades y lenguas: “(…)los niños la manosean,
los mozos la leen, los hombres la entienden y los viejos la celebran; y,
finalmente, es tan trillada y tan leída y tan sabida de todo género de
gentes...» (Quijote, II-III).
Guerrero con armas de tinta
y metal, poeta creador de mundos imperfectos y de personajes perfectos,
voz de un tiempo y una ideología, este escritor es homenajeado a través
de un festival sin igual y que, sin ningún peso, toma la batuta de
Cervantes para ser parte aguas cultural y artístico del mundo: el Festival Internacional Cervantino.